LA POLICÍA DE LA MEMORIA de YOKO OGAWA

TÍTULO:   LA POLICÍA DE LA MEMORIA
AUTORA:    YOKO OGAWA
GÉNERO:  NOVELA LITERARIA
EDITORIAL: TUSQUETS EDITORES S.A.
PÁGINAS: 400
 

Una poderosa y delicada novela, de tintes orwellianos, sobre el control social y la memoria.

En una pequeña isla se produce un misterioso fenómeno. Un día desaparecen los pájaros, al siguiente podría desaparecer cualquier cosa: los peces, los árboles... Peor aún, también se desvanecerá la memoria de ellos, al igual que las emociones y sensaciones que llevaban asociadas. Nadie sabrá ni recordará entonces qué eran. Hay incluso una policía dedicada a perseguir a los que conservan la capacidad de recordar lo que ya no existe. 

En esa isla vive una joven escritora que, tras la muerte de su madre, intenta escribir una novela mientras trata de proteger a su editor, que está en peligro porque forma parte de los pocos que recuerdan. La ayudará un anciano al que empiezan a fallarle las fuerzas. Mientras, lentamente, nuestra protagonista va dando forma a su novela: es el relato de una mecanógrafa cuyo jefe acaba reteniéndola contra su voluntad en un altillo. Una obra sobre el poder de la memoria y sobre la pérdida.

Mi opinión

¡Hola, mis queridos amigos!😀💙 ¿Cómo les va el día de hoy? Espero muy bien. Hoy les traigo la reseña del libro: La policía de la memoria de Yoko Ogawa. Hace poco leí la reseña en el blog Marian Lee Más Libros y quedé sorprendida con la trama tan original e interesante que no dudé en leerlo.

La protagonista de esta lectura es una escritora, quien vive en una isla, donde la Policía de la Memoria está a cargo de controlar y vigilar los olvidos de todos los habitantes. Y es que poco a poco, muchas cosas, animales e incluso plantas, iban desapareciendo y eran borradas de la mente de las personas.

Aun siendo una niña, solía preguntar a su madre, qué pasaría el día que dejara de recordar, a lo que su madre contestaba que no le dolería, que ni siquiera se daría cuenta, a modo de calmarla.

“Una mañana de un día cualquiera, al despertar, algo se habrá esfumado de tu vida, dejando intacto lo demás, y, entonces, tan solo percibirás un tibio desajuste con respecto al día anterior. Te recomiendo cerrar los ojos y aguzar el oído, captar la sutil diferencia que vibra en el aire como una especie de señal”.

Su madre era escultora y mientras trabajaba en su taller en el sótano de la casa, hablaba sobre las desapariciones. Ella guardaba en cajones algunos objetos olvidados que pertenecían al pasado, objetos que nuestra protagonista encontraba fascinantes y exóticos.

“-Mira. Es un lazo – indicó en una de esas ocasiones-. Desaparecieron cuando yo apenas tenia siete años. Servían para adornar el pelo y se cosían a la ropa”.

En la isla, la gente salía a las calles e intercambiaba opiniones sobre algo que había desaparecido, antes de que ese recuerdo desaparezca por completo y no sepan el por qué aquello había formado parte de sus vidas.

Pero sin duda, su relato favorito era el del perfume, un frasco con liquido transparente que otorgaba una agradable fragancia a quien se lo ponía. Cuando la gente olvidó para qué utilizarlos y su sentido del olfato había quedado deteriorado, muchos de los perfumes, terminaron arrojados al rio. Pero eso ya era parte del pasado y nadie los recordaba.

Pero había algo que no pudo evitar preguntar a su madre: ¿Cómo ella podía aún recordar todo lo que había desaparecido? A lo que ella respondió que no tenía respuesta.

Su padre era Ornitólogo y trabajaba en un observatorio en la cima del cerro desde donde observaba a las aves, a donde ella le encantaba ir a acompañarlo, por lo que le alegró que la desaparición de los pájaros ocurriera después de su muerte, porque hubiera sido fatal para su padre tener que acostumbrarse a una nueva profesión, ya que la Policía de la Memoria estaba muy atenta a que todos fueran acostumbrándose a su nueva vida.

“En cualquier caso, todos, incluyéndome a mí, fuimos perdiendo simplemente la memoria del pasado, sin excesiva añoranza. ¿Cómo es posible añorar lo que no se recuerda? La propia isla, flotando en aquella vacía inmensidad que era el océano, representaba a la perfección, en su aislamiento, lo que en ella acaecía a diario”.

Y es que así funcionaban las cosas, la Policía de la Memoria estaba muy bien organizada y eran muy eficaces en todo lo que hacían. Y ella pudo ver cuan preparada estaba la policía, cuando irrumpieron en el despacho de su padre, con el afán de desaparecer cualquier cosa que tenga que ver con los pájaros, después de que desaparecieran.

Después de la desaparición de su madre y la muerte de su padre, siguió viviendo en la casa familiar y continuó escribiendo novelas, muchas de las cuales hablaban de la perdida.

“-A veces deseo acordarme con todas mis fuerzas- repliqué-, porque para mí no existe nada más precioso que aquellos momentos que pasábamos juntas”.

 Las librerías cada vez estaban más desoladas y muy poca gente mostraba interés en asistir a ellas. Y es que había tantas cosas que poco a poco estaban quedando olvidadas en la isla, que pronto desaparecerían sin dejar el más mínimo rastro de que alguna vez existieron.

Un anciano había tomado las instalaciones del ferri, donde había trabajado en el pasado, para convertirlo en su hogar, por lo que cada vez que ella pasaba por ahí, no dejaban pasar la oportunidad de saludarse, charlar un poco e intercambiar opiniones de los pocos recuerdos que aún les quedaban.

“Un manto de herrumbre arropaba por completo la superficie del paciente ferri, cuya cubierta ya no podía dar la bienvenida a ningún pasajero, ni sus motores llevarlo a puertos lejanos. Sin duda, no tardaría en desaparecer sin dejar rastro, como otras tantas cosas que antaño habían formado parte de la isla”.

Las inspecciones de recuerdos continuaban, lo cual hacía que recordara la vez que su madre fue detenida por la policía y es que se habían dado cuenta que existían personas inmunes al olvido, por lo que eran arrestados y encarcelados para así, acabar con los casos de memoria perenne.

 El editor de sus novelas, el Señor R, temía que algún día, las palabras también desaparecieran, pues si eso pasaba no tenían idea lo que pasaría con ellos.

El anciano del ferri solía visitarla para ayudarla con las tareas de la casa. Ella se sentía muy agradecida por la ayuda y muy pronto se hicieron inseparables.

Pero había algo más que no olvidaba y era el último día que vio a su madre irse en un carro de la Policía de la memoria.

“Mamá se arrellanó en la parte trasera del vehículo y nos despedimos de ella agitando las manos mientras seguíamos con la mirada el coche a medida que se alejaba”.

El editor, el Señor R, la visitaba a menudo para ver el avance de su novela y en una de esas ocasiones, se dio cuenta que el Señor R mantenía vivos todos sus recuerdos, algo que era peligroso, ya que la Policía había intensificado su actividad, irrumpiendo en las casas, sin previo aviso.

Solo era cuestión de tiempo, para que algún día también vinieran por él…Mientras el mundo iba cambiando cada día, deteriorándose poco a poco y cayendo al olvido.

Las inspecciones de recuerdos sucedían casi a diario, por lo que tomó la decisión de ayudar y esconder en un refugio al Señor R, con la ayuda del anciano del ferri.

Y aunque en un principio, se negó a aceptar esconderse, pues tenía una esposa quien estaba embarazada, finalmente accedió. Fue así como el Señor R, el anciano del ferri y ella fueron acostumbrándose a su nueva vida.  

Todo iba desapareciendo, las fotos, las cajitas de música, los sombreros y hasta los calendarios, motivo por el cual ya nadie se acordaba de celebrar los cumpleaños. Aun así, ella decidió celebrar el cumpleaños del anciano del ferri y en agradecimiento, el Señor R le dio una cajita musical, algo que hace mucho había desaparecido, lo que causó sorpresa entre ellos.

Lamentablemente para ella, llegó el día que desapareció algo que era parte importante de su vida, afectando su existencia para siempre...

¿Se imaginan vivir en un mundo en el que poco a poco van desapareciendo las cosas y quedando en el olvido?

Esta lectura nos muestra un mundo en el que las cosas, plantas y animales van desapareciendo de la mente de las personas, siendo destruidos por la Policía de la Memoria.

El libro consta de 28 capítulos que se leen fácilmente y gracias a la habilidad y a la pluma de la autora, la trama nos va atrapando de a pocos, sintiéndonos parte de esta historia.

La trama se centra en tres personajes, unidos por las circunstancias, quienes tienen que lidiar con la Policía de la Memoria, la cual no perderá la oportunidad para destruir cosas y desparecer a las personas que no pueden olvidar.

Es la primera vez que leo a esta autora y me ha encantado, pues su pluma tiene esa sensibilidad, típica de los escritores japoneses, que atrapa, conmueve y gusta mucho.

La lectura me ha sorprendido por ser ágil y bastante original, con giros que aportan mucho a la historia y con un final, simplemente genial.

Si te gustan las historias, extrañas, fantásticas e inquietantes, que te hacen reflexionar sobre el valor de todo lo que nos rodea, esta lectura es para ti.

Espero muchos se animen a leer y disfrutar de tan buena lectura.

¡Un beso a todos!😘💙