LA BIBLIOTECA DE PARIS de JANET SKESLIEN CHARLES

TÍTULO:    LA BIBLIOTECA DE PARIS
AUTORA:  JANET SKESLIEN CHARLES
GÉNERO:  FICCIÓN HISTÓRICA
EDITORIAL: SALAMANDRA
PÁGINAS: 432

Una historia de valentía y traición basada en las vicisitudes de los trabajadores de la Biblioteca Americana de París en la Segunda Guerra Mundial. 

París, 1939. La joven Odile Souchet lo tiene todo: un atractivo novio oficial de policía y un trabajo de ensueño en la Biblioteca Americana de París. Pero cuando estalla la guerra y los nazis marchan sobre París, Odile se expone a perder todo lo que le importa, incluida su querida biblioteca. Sabe que en los momentos difíciles los templos de la cultura peligran porque los libros contienen palabras e ideas prohibidas que deben destruirse. Odile no puede permitir que eso suceda: debe salvar esas páginas, de modo que puedan nutrir la mente de quien llegue después. Junto con sus compañeros, se une a la Resistencia y pone el centro a disposición de los judíos: expulsados de sus casas, tras los libros se sienten seguros, y Odile los defenderá cueste lo que cueste.

Mi opinión

¡Hola, mis queridos amigos! 😀💙🌞📚¿Cómo les va el día de hoy? Espero muy bien y con muchas ganas de empezar esta nueva semana.

Después de unas cuantas semanas ajetreadas, finalmente puedo subir la reseña de un libro maravilloso, el cual recomiendo a todos.

Hoy hablaremos de La biblioteca de Paris de la autora Janet Skeslien Charles. Sin más ni más, empecemos. ;)

Paris, 1939

Corría el año 1939 y Odile Souchet se preparaba para una entrevista de trabajo en la Biblioteca Americana de Paris. Odile vivía con su hermano Rémy y sus padres, quienes no estaban tan seguros que trabajar en esa biblioteca sería una buena idea, pero después de aprobar todas las asignaturas de la Escuela de Biblioteconomía, sabía que era momento de buscar trabajo.

“La vida es una batalla, Odile. Debes luchar por lo que realmente deseas”.

Esta biblioteca, fundada en 1920, tenía la particularidad de permitir al público, acceder directamente a sus estanterías, por lo que era bastante concurrida, por lectores de todos lados.

“La biblioteca no solo era un edificio lleno de libros; la argamasa que unía sus ladrillos eran las personas que la querían”.

La señorita Reeder, directora de la biblioteca, la recibió en su oficina, ella era bastante conocida, pues no solo dirigía la biblioteca, sino también, escribía artículos.

El motivo por el que Odile quería trabajar allí, era por la camarería existente, ya que se sentía como si fuera un verdadero hogar.

Montana, 1983

La señora Gustafson, vivía en Froid, Montana, desde el año 1945 y aunque no hablaba con nadie, se sabía que su esposo había muerto y que era extranjera. Por su carácter reservado, era un verdadero misterio en la comunidad.

Todos la conocían como “la novia de guerra”. Lo poco que se sabía de ella, era que había perdido a su hijo Marc en Vietnam, por lo que la soledad era su única compañera, no tenía familia y solo mantenía comunicación con amigos, a través de cartas.

Un trabajo escolar sobre Francia, llevaría a Lily, una joven estudiante, a hacerle una entrevista y aunque no estaba segura si aceptaría ser entrevistada, valía la pena intentarlo.

Fue así que Lily conoció a la señora Gustafson, con quien compartiría una singular amistad. Y mientras le iba contando sobre Paris, poco a poco, iba conociendo más de esta misteriosa dama.

“-Paris es un lugar que te habla- continuó-. Una ciudad que siempre va tarareando su propia canción. En verano, los parisinos dejan las ventanas abiertas y se oye el tintineo del piano de un vecino, el chasquido de unas cartas barajadas, las interferencias de una radio que alguien intenta sintonizar. Siempre hay un niño que ríe, alguien que discute, un clarinetista tocando en la plaza”.

Ella y su amiga Mary Louise, mantenían largas conversaciones, de cómo habría sido la vida de la señora Gustafson durante la guerra.

Pronto llegarían cambios en el entorno de Lily, lo que la llevaría a replantearse la vida que llevaba.

“El duelo es un mar hecho de nuestras propias lágrimas. Las olas saladas cubren las oscuras profundidades por las que debemos bucear cada uno a nuestro ritmo. Fortalecerse lleva su tiempo”.

Paris, 1939

Odile y su hermano Rémy, siempre se llevaban bien y es que, él siempre sabía como animarla y se apoyaban mutuamente. Su padre era comisario y junto a su madre, les inculcaron una educación bastante rígida.

Un día, Odile conocería a Paul, un oficial de policía y aunque no estaba segura de si volvería a verlo, no pudo evitar sentirse atraída hacia él.

No pasó mucho tiempo para que empezara a laborar en la biblioteca. Ahí conocería a Bitsi, quien le dio la bienvenida, a Boris y a Margaret, una joven inglesa, casada con un agregado de la embajada británica. Aunque Margaret no era amante de los libros, asistía a la biblioteca americana, porque sabía que ahí, podría hablar inglés, ya que no tenía amigas.

Desde que Margaret fue a la biblioteca, supo que era un lugar diferente, donde se sentía a gusto, gracias a la amabilidad de Odile. Por lo que no dudo en trabajar como voluntaria en la biblioteca americana. Muy pronto ella y Odile, se hicieron grandes amigas.

“Dejo de salir; dejó de esforzarse. Se paseaba por el piso, o se acurrucaba y se ponía a llorar bajo sus vestidos de noche, en le dressing, por muy ridículo que fuese estar triste en la ciudad más fabulosa del mundo”.

Desde que Odile empezó a trabajar en la biblioteca, se sintió como en casa, se llevaba muy bien con Bitsi, ayudaba a Boris, respondía preguntas y aprendía de la señorita Reeder.

Todo parecía marchar de maravillas, hasta que los primeros actos de xenofobia en contra de los judíos, empezaron en las calles, era como si el odio estuviera en todas partes. Y hasta en su pequeño mundo, comprendió gracias a su tía Caro, que a veces, el amor no es para siempre, por lo que se prometió, ser independiente y vivir por sus propios medios. Sobre todo, sería muy cauta con Paul, quien la visitaba a menudo.

“Yo había aprendido que el amor no tenía paciencia, que el amor no era bondadoso. El amor era condicional. Las personas más cercanas a ti podían darte la espalda, podían abandonarte por algo que aparentemente era una nimiedad. Solo podía confiar en mí misma”.

La guerra era inminente y cada vez era más peligroso caminar por las calles, sin ser intervenido por un soldado alemán. Eran tiempos duros y todos tenían que estar preparados para lo que estaba por venir.

Decidieron organizar que la gente donara libros para que sean enviados a los soldados y fue tanta la acogida, que muchas veces se organizaban para llevar libros a los hospitales y cuarteles, pues nada mejor que la lectura, para levantarles la moral. No pasó mucho tiempo, para que ellos empezaran a hacer pedidos, de acuerdo a sus gustos literarios.

Todo estaba cambiando en Paris, ya se podía ver a gente huyendo, pues estaban seguros que se avecinaba algo terrible.

“Los parisinos éramos impasibles por naturaleza. Caminábamos deprisa, pero nunca corríamos. No nos inmutábamos cuando veíamos a unos amantes retozando en el parque. Éramos elegantes incluso cuando sacábamos la basura, y elocuentes cuando teníamos que insultar. Pero a principios de junio, cuando llegó la noticia de que los tanques alemanes estaban a escasos días de la ciudad, nos olvidamos de cómo se suponía que éramos”.

Poco a poco, las calles estaban desiertas, muchos compañeros de trabajo tuvieron que irse, las protestas contra los alemanes estaban terminantemente prohibidas, los mercados lucían vacíos, todo estaba cambiando, el silencio se apoderaba de la ciudad, otrora bulliciosa y llena de vida.

A pesar de la guerra y de tener que convivir con los soldados alemanes que pululaban por las calles, la vida continuaba a pesar de todo.

“Cada vez era más difícil evitar a los Soldaten. Se pasaban el día en nuestros cafés favoritos y montando continuamente controles en nuestras calles. Era casi imposible saber dónde aparecerían”.

La labor de los bibliotecarios continuaba, por lo que seguían llevando libros a los abonados judíos, quienes por las nuevas reglas no podían acercarse a la biblioteca. Tanto la señorita Reeder, al igual que otros colaboradores, corrían el riesgo de ser arrestados, solo por ser extranjeros, por lo que solo les quedaba huir y dejar el país.

El horror de la guerra, estaba por empezar…

“Los judíos ya no podían impartir clases, ni entrar en los parques, ni cruzar los campos Elíseos. No les estaba permitido utilizar las cabinas telefónicas y tenían que sentarse en el último vagón del metro”.

Libros…Guerra…Traición

El libro se desarrolla en dos épocas diferentes, siendo la vida de Odile, la que nos mostrará historias de valentía, durante la Segunda Guerra Mundial. Ambas historias se entrelazan y nos describen tiempos difíciles y nefastos.

Tanto la historia de Odile, como la de Lily, es contada en primera persona, por lo que conoceremos de primera mano, los sentimientos de cada uno de estos personajes.

Lo que más llama la atención de esta lectura, es la tenacidad y valentía de quienes trabajaron en la biblioteca, pues en su afán de mantenerla abierta, no dudaron en poner sus vidas en peligro.

Basada en sucesos y personajes de la vida real, pero con cambios hechos por la autora, el libro nos describe un capitulo desconocido de la Segunda Guerra Mundial, historias de personas, quienes valientemente se enfrentaron y tuvieron que lidiar con los nazis, todo por el amor a los libros y seguir difundiendo la cultura.

Lo que más me gustó es que por estar en una biblioteca, se hace referencia a varios títulos de libros.

El final nos deja reflexionando, sobre el comportamiento de las personas en momentos difíciles, en las consecuencias de los actos de una persona, en el perdón y en el valor de la amistad en medio de la adversidad.

Recomiendo esta maravillosa lectura, a todos los amantes de los libros y a quienes les llame la atención las historias de la Segunda Guerra Mundial.

Si quieres disfrutar de una lectura adictiva y llena de emociones, este libro es para ti.

Espero muchos se animen a leer y disfrutar de este libro.

¡Un beso a todos!😘💙