TITULO: PABELLÓN 11, EL NIÑO NAZI
AUTOR: Piero Degli Antoni
EDITORIAL: Suma de letras
Mützen ab! Dos simples palabras pueden transportar al pasado. Eso es lo que sintió Moshe cuando volvió a escucharlas muchos años después. Sintió el frío de Auschwitz, el terror de la voz de los oficiales y el olor fétido de la muerte. Auschwitz, 1944. Debido a la fuga de unos prisioneros y como castigo ejemplar para el resto, diez personas son recluidas en una celda del pabellón 11 para ser asesinadas al día siguiente. Pero un repentino cambio de decisión por parte del Kommandant altera los planes: solo morirá uno, pero serán ellos mismos los que decidan quién. Comienza así una lucha encarnizada en la que valorar quién merece vivir y quién merece morir no resulta tan sencillo como en un principio parecía. En el otro lado del campo, el Kommandant, ve cada vez más claro que la guerra está llegando a un final trágico, y se pasa la noche jugando con su hijo una partida de ajedrez que resulta ser un terrible espejo de la realidad. La lucha por la supervivencia y la parcialidad de la bondad y la maldad del hombre componen el engranaje de este thriller psicológico apasionante a la vez que profundamente humano.
Mi opinión
¡Hola mis queridos amigos! ¿Cómo les
va hoy? 🌞Espero muy bien. Hoy les traigo la reseña de un libro tan interesante, que
me tuvo atrapada entre sus páginas de principio a fin.
En mi afán por conocer más sobre la
Segunda Guerra mundial y las atrocidades cometidas en esa época, he leído
varios libros que recogen testimonios de sobrevivientes de los campos de
concentración, comprobando que cada historia es única y merece ser conocida por
todos.
Es así,
que este libro no podía pasar desapercibido para mí y estoy segura que será de
mucho interés, para los que quieran conocer más de esta época nefasta para la
humanidad. Una fría mañana en un
barrio de Brooklyn, la mujer despierta con cariño a su marido y poco a poco lo
ayuda a incorporarse. Como cada mañana, en los últimos cincuenta años, se
disponen a tomar el desayuno y aunque ya casi no tenía dientes, él aún se
sentía, como el joven que había sobrevivido al infierno. Por encontrarse ese día
cansada, ella decidió quedarse en casa y no ir con su marido a la sinagoga.
No muy lejos de allí, aterrizaba en el aeropuerto
Kennedy en New York, un hombre de traje azul claro, quien sabía que tenía una
misión que cumplir, para finalmente poder vivir en paz. Desde que había
recibido un paquete de Alemania, no había otra cosa en la que no pensara y
finalmente, podría saldar una deuda de hace cincuenta años.
“Él no tenía la culpa...; muchos se lo habían repetido, su esposa la primera. No tenía nada que ver, era inocente. Mas él sentía que no era así. Gracias a sus padres había llegado a ser lo que era, para bien o para mal. No podía pretender ser tan solo dueño de la parte buena y desechar la mala. O se acepta toda la herencia, con sus créditos y deudas, o se rechaza. Y él la había aceptado, con la carga insoportable que, desde hacía un año, pesaba sobre su conciencia”.
Al salir de la sinagoga, empezó a
meditar lo que había dicho el rabbi y aunque corría mucho viento y su esposa lo
esperaba en casa, decidió tomar un paseo en barco por la bahía. Unos muchachos
sentados detrás de él, reían y hablaban muy alto, él trataba de ignorarlos,
pero sólo bastó unas palabras de uno de los muchachos, señalando la estatua de
la libertad, para que lo trasladara a un lugar muy lejos de ahí… Mützen
ab!... Imágenes distantes,
recuerdos tristes y desgarradores, llegaron a su mente, como una avalancha de
emociones… Mützen ab!... Ahí estaban esas palabras otra vez, que le
paralizaban el corazón y lo llevaban al
pasado.
Los recuerdos lo llevaron nuevamente al campo de concentración de Auschwitz, donde mantenerse con vida no era nada fácil y eso lo sabía muy bien Moshe Sirovich, quien se canjeaba el aprecio de los SS, dándoles regalos obtenidos del Kanada, un lugar donde estaban los objetos confiscados a los judíos recién llegados. Gracias a eso, gozaba de ciertos privilegios y sentía que era indispensable para los alemanes.
Los recuerdos lo llevaron nuevamente al campo de concentración de Auschwitz, donde mantenerse con vida no era nada fácil y eso lo sabía muy bien Moshe Sirovich, quien se canjeaba el aprecio de los SS, dándoles regalos obtenidos del Kanada, un lugar donde estaban los objetos confiscados a los judíos recién llegados. Gracias a eso, gozaba de ciertos privilegios y sentía que era indispensable para los alemanes.
Un día, se supo que tres prisioneros
habían logrado escapar y esto tenía como locos a los botazas. Todos estaban temerosos, pues sabían que se
la pagarían con ellos. Es así, que después de una búsqueda infructuosa, no se
le ocurrió mejor idea al Kommandant que enviar a
diez prisioneros al pabellón 11, un lugar donde solo salías muerto.
Poco a poco, fueron llamando los números correspondientes a cada prisionero, entre
ellos estaban Aristarchos el griego, Alexey un ayudante del Kapo, quien no
dudaba en golpear a los prisioneros con tal de mantener el orden, Jiri, un actor, Elías, un rabino, Otto y Myriam,
la única mujer. El último número que llamaron, fue el de Moshe, quien se quedó petrificado, pues aunque
tenía ciertos privilegios, se dio cuenta que para los SS, él siempre sería un
judío más y su vida no valía nada para ellos. Cuando estaba seguro que moriría,
una extraña orden detuvo la ejecución.
“Moshe intentaba mirar las caras de los SS que no tardarían en matarlos. Trataba de captar una pizca de humanidad, pero sus semblantes eran fríos, duros, insensibles, mecánicos después de años y años de adiestramiento y disciplina”.
¿Qué juego perverso tenía en mente Herr
Kommandant?
Las reglas eran claras, los diez
prisioneros deberían tomar una decisión y ellos mismos elegirían a uno de
ellos, quien sería fusilado al día siguiente. Tenían hasta las ocho de la
mañana para dar una respuesta y si no tenían un nombre para la hora
establecida, fusilarían a los diez. Ese fue el comienzo de muchas
conversaciones entre ellos, que les traería más de una sorpresa.
Mientras esto ocurría en el Pabellón 11, Félix, el pequeño hijo del Kommandant, juega una partida de ajedrez con su padre. Se sabía que el frente oriental avanzaba rápidamente y pronto sería el fin de Alemania, eso mantenía pensativo al Kommandant y presentía que el fin estaba cerca. En su imaginación, los peones representaban los prisioneros del pabellón 11, tratando de llegar con vida al día siguiente.
El libro nos sumergirá
en secretos que salen a la luz, historias jamás contadas, resentimientos y
sentimientos de culpa. La historia se hace adictiva, pues no quise parar de
leer hasta conocer el final.
Quiero destacar que el autor se documentó
de manera exhaustiva, para poder escribir esta novela, tocando con mucho
respeto temas tan sensibles como el campo de concentración de Auschwitz y recogiendo el valioso
testimonio de los sobrevivientes.
Este libro es un viaje al pasado, que
se lee con facilidad y nos dejará muchas lecciones. Espero se animen a leerlo y
me cuenten si les gustó.
¡Que tengan un maravilloso día! Besos.🌞🌈😘💙
Hola!!
ResponderBorrarQuiero leerlo ya! Tiene muy buena pinta.
Gracias por la reseña.
Besitos :)
Gracias a ti por visitarme, besos!
BorrarHola! No conocía este libro pero creo que podría llegar a gustarme, lo voy a tener en cuenta :)
ResponderBorrarBesos!
¡Hola! Espero lo disfrutes, es muy interesante. ¡Besitos!
BorrarQué pintaza!!!! Me parece una historia fabulosa, lo disfrutaría seguro.
ResponderBorrarBesukis 💋💋💋
¡Hola linda! Si, es un libro muy interesante y deja muchos mensajes, espero lo disfrutes. ¡Besos!
Borrarhola! lectura fuerte que nos has compartido, tiene mucho material parece! gracias, abrazosbuhos
ResponderBorrar¡Hola Lindas Buhitas, espero se animen a leerlo, es muy interesante. ¡Besos!
BorrarMe atrae mucho todo lo relativo a la Segunda Guerra Mundial y al terrible genocidio en los campos de exterminio. Yo también he leído muchas cosas. ¿Has leído la trilogía de Primo Levi? Creo que es de lo mejor que se ha escrito desde el punto de vista de los supervivientes. Imprescindible.
ResponderBorrarTomo nota de este libro.
Un beso.
¡Hola Rosita! El libro que mencionas, aún no lo he podido conseguir, pero muero por leer. Pero apenas lo haga, te contaré que tal me pareció. ¡Un besotote y gracias por visitarme!
BorrarEste tipo de lectura es triste, pero a la vez, necesaria para no olvidar la historia. Me lo anoto Marita :D
ResponderBorrarMe alegra tanto que te lo lleves anotado margarita. Que tengas un lindo día. ¡Besitos!
BorrarHola.
ResponderBorrarMe fascina esta época y no me canso de estos libros que ficción o basado en hechos reales siempre acaban por encogerme el corazón, así que me llevo este apuntado.
Muchos besos.
¡Hola! Gracias por comentar y qué bueno que te lo lleves apuntado, estoy segura que te sorprenderá mucho. ¡Un besote!
BorrarHola Marita! Me encantan estos libros históricos, que aunque son muy duros, nos acercan a las atrocidades cometidas en la historia. Me lo anoto porque creo que me gustará. Gracias por tu reseña. Besos.
ResponderBorrar¡Hola! A mi también me fascina leer libros de esta época, pues así aprendo más y el conocer historias de los sobrevivientes, hace que me guste aun más, pues nos deja muy buenos mensajes. Gracias por visitarme. ¡Un besito!
BorrarHola! Creo que este libro me va a gustar, y no lo conocía! Pinta genial y si deja un mensaje claro... más aun!
ResponderBorrarApuntado a la lista de pendientes, gracias por tu reseña :)
Un beso!
¡Hola Marta! Me alegra mucho que te lo lleves apuntado. ¡Un besito!
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