TÍTULO: LA FÓRMULA
PREFERIDA DEL PROFESOR
AUTORA: YOKO
OGAWA
GÉNERO: NOVELA CONTEMPORÁNEA
EDITORIAL: TUSQUETS EDITORES
PÁGINAS: 320
Mi opinión
¡Hola, mis queridos amigos! 😀💙Hoy empiezo la semana con mucha alegría y una nueva reseña en el blog.📚🌻
Hoy hablaremos del libro La fórmula preferida del profesor de la
autora japonesa Yoko Ogawa, quien ha logrado cautivarme y emocionarme en cada
una de sus páginas. No es la primera vez que disfruto un libro de la autora,
pues anteriormente había leído La policía de la memoria, una lectura fascinante y adictiva, la cual recomiendo.
Dicho esto, vamos a la reseña. 😉
Corría el mes de marzo del año 1992 y una nueva asistenta fue enviada por una agencia de empleos, a trabajar a la casa de un profesor de matemáticas. Y aunque la asistenta, pudo ver por la ficha del cliente, que varias asistentas habían renunciado antes, aceptó.
Una anciana, cuñada del profesor, la recibió en su casa y le explicó en qué consistía el trabajo. La asistenta se ocuparía de limpiar, comprar alimentos y preparar las comidas, eso era todo, la verdad, no parecía tan complicado…
Si el trabajo no requería
mucho esfuerzo, no entendía el motivo por el que muchas asistentas habían
renunciado. Eso la dejó pensando en que quizás, había algo más
que no le estaban diciendo.
La anciana, decidió ser
franca con ella y le contó que el profesor tenía problemas para recordar las cosas, producto de un accidente, era
como si su mundo hubiera acabado en el año 1975 y no pudiera retener nuevos
recuerdos.
“Tiene trastornos de memoria. No es que esté ido. Digamos que las neuronas le funcionan normalmente, pero hará unos diecisiete años se le averió una parte del cerebro y perdió la facultad de recordar las cosas. Se golpeó la cabeza en un accidente de tráfico. Su memoria se acaba en 1975”.
La explicación que le dio
la anciana, la dejó bastante sorprendida y es que no sabía a ciencia cierta, a lo
que se tendría que enfrentar.
El primer día que conoció al profesor, se dio cuenta que él era diferente, pues lo primero que hizo, fue preguntarle cuál era su número de calzado y después le preguntó su número de teléfono. Ella respondió amablemente y fue ahí, que se dio cuenta que el profesor, hablaba a través de los números, pues desde su accidente, se las había ingeniado para hablar con números en vez de palabras.
Debido a que su memoria solo duraba ochenta minutos, cada día era para él una extraña, por lo que volvía a hacerle las mismas preguntas: el número de su calzado, su número telefónico y algunas veces, otros números más, como su número postal y por más diferentes que eran las respuestas de la asistente, siempre les encontraba un significado.
“Para entendernos, es como si en su cabeza sólo pudiera ponerse una cinta de video de ochenta minutos. De tal manera que, si graba encima de esa cinta, los recuerdos anteriores grabados hasta entonces van desapareciendo. La memoria de mi cuñado menor no dura más de ochenta minutos. Es decir, para ser exactos, una hora y veinte minutos”.
Uno de los papelitos que estaba en su bocamanga, tenía una caricatura de una mujer y escrito decía: la nueva asistenta. Por lo que cada nuevo día, ella lo saludaba y le señalaba el papelito de su bocamanga. Y después le preguntaba sus números de calzado y teléfono como siempre.
Poco a poco, fue conociendo más de su vida. El
profesor había sido catedrático, especialista en la teoría de los números y a
la edad de 47 años, sufrió un accidente de tráfico, que cambió radicalmente su vida. Su cuñada, quien
había quedado viuda del hermano del profesor, tuvo que hacerse cargo de él.
Vestía siempre de traje y corbata, a pesar de no salir mucho a la calle y aunque lucía frágil y cansado para sus sesenta y cuatro años de edad, aún conservaba algo de lo que habría sido, un hombre apuesto.
La asistenta se fue adaptando a su trabajo y a la peculiar forma de ser del profesor. Hablaba poco, muchas veces lo encontraba ensimismado mirando la nada, pero al pasar de los días, se dio cuenta que el profesor dejó de ignorarla y parecía que buscaba algún tema de conversación con ella. Nunca le hizo preguntas personales, su única manera de comunicarse con ella, era a través de los números, le hablaba sobre el nacimiento y el significado de estos y cómo no recordaba haberle contado antes, mantenían la misma conversación una y otra vez.
Cuando se enteró que la asistenta tenía un hijo de diez años, súbitamente se interesó por saber qué hacía y donde estaba él. Pues le sorprendía saber que el niño estaría solo, ya que ella tenía que trabajar. Y aunque la asistenta intentó calmarlo, él no dejaba de decir angustiado, que no era posible que estuviera solo, se horrorizaba de solo pensar que, a ese niño pequeño de diez años, le podría pasar algo.
Fue así que le propuso que, desde el día siguiente, su hijo viniera a la casa después del colegio y fue tanta su insistencia, que ella no pudo negarse y aceptó.
“¿Acaso estás pensando que mañana lo habré olvidado todo, y no harás caso de lo que te digo? No me subestimes. No me olvidaré. Y no acepto de ninguna manera que no cumplas con lo que hemos hablado. Desprendió de la nota escrita sujeta a la bocamanga, que decía «nueva asistenta», y detrás de mi caricatura añadió «y su hijo de 10 años» con el lápiz que llevaba en su bolsillo interior”.
El primer día que lo vio, lo
recibió con un fuerte abrazo y lo llamó cariñosamente ROOT, como el signo de la raíz
cuadrada. Y es que Root andaba siempre con
una gorra, para ocultar su coronilla plana (como la raíz cuadrada) y así,
evitar burlas entre sus compañeros.
Este sería el comienzo de una maravillosa amistad entre un profesor de
matemáticas que olvidaba las cosas y un niño de diez años.
No pasó mucho tiempo, para
que el profesor les empezara a enseñar los números bajo el
símbolo de la raíz cuadrada y sus amados números primos, y es que los teoremas y fórmulas matemáticas,
no habían desaparecido de su memoria.
Cada problema matemático que
les dejaba, lo entusiasmaba y se alegraba mucho al escuchar
sus respuestas y aún más, si eran correctas, siempre era amable en su trato y
nunca dejaba de pedir las cosas con un “perdone”.
Su fascinación por los números primos, lo mantenía ensimismado por horas.
“Al principio, apenas fui capaz de entender el encanto que tienen los números, a primera vista tan testarudos, y que sólo son divisibles por ellos mismos o por 1. A medida que la pasión y la franqueza del profesor al hablar de números primos nos iban atrapando, poco a poco fue naciendo cierto sentimiento de solidaridad entre nosotros. Los números primos empezaron a cobrar en mi interior una presencia casi palpable.”
Otro talento especial que tenía el profesor, era
que podía hacer capicúas con las palabras y hablarles así, sin ningún esfuerzo.
Y otra era encontrar en el cielo el lucero de la tarde, la que anuncia la
noche, antes que nadie.
Siempre tenían mucho cuidado en no decirle algo como: “Eso ya nos lo dijo antes”, por lo que, prestaban atención a todo lo que él decía. Y es que no querían herir sus sentimientos, ya que cualquier confusión, le hacía sufrir y cuando lo alteraban algunas situaciones que no podía controlar, llegaba al punto de llorar como un niño.
“Invariablemente, en cada ocasión, el profesor no sólo esperaba de nosotros una respuesta correcta. Se alegraba cuando, por no saber contestar, acabábamos soltando como último recurso un disparate, en lugar de permanecer obstinadamente callados. Y aun se congratulaba más si la respuesta suscitaba nuevas preguntas que fueran más allá del problema inicial. Tenía una concepción original sobre el «error correcto», de manera que era capaz de darnos de nuevo confianza precisamente cuando más apurados nos veíamos, sin poder encontrar la solución correcta”.
El comportamiento del profesor cambió ante la
presencia de Root, se interesaba como se
llamaba su colegio, cómo le había ido durante el día, etc.
Las conversaciones fluían y el ánimo del profesor
cambió para mejor.
Antes meditabundo, ahora el profesor se alegraba
de ver a Root y le hacía muy feliz ayudarlo
en sus tareas. Era paciente y le explicaba las matemáticas de una manera
maravillosa y para Root era fácil aprender a
su lado.
Algo que los unió aún más, era el amor por el béisbol,
el profesor admiraba mucho a Enatsu, uno de los mejores lanzadores japoneses de la historia.
Sin duda, un gran cambio se estaba produciendo en él, sin que se diera cuenta…
“El atardecer era para nosotros un momento importante. Por la mañana, el profesor y yo solíamos encontrarnos como si fuera la primera vez, pero a lo largo del día su actitud algo tensa iba atenuándose poco a poco, y cuando ya llegaba Root y llenaba la casa con su voz ingenua, se había hecho casi de noche. Sin duda, por ello, en mi recuerdo, la silueta del profesor aparece siempre recortada contra un sol de poniente”.
Un profesor…Un niño y su madre…Una amistad para siempre
Con un lenguaje fresco, sencillo, suave y contado
en primera persona por la asistenta, la autora nos sumerge en una historia que
te podría pasar a ti o a mí, mostrándonos situaciones, difíciles de controlar y
en la que el ser humano, debe adaptarse a su destino.
Cada uno de los personajes logra cautivarnos, pero si tuviera que elegir mi personaje favorito, sin duda sería el profesor, pues es imposible no emocionarse con algunas de las situaciones que el protagonista vivía, por causa de su condición.
Esta lectura será del deleite de los amantes de
los números, pues las matemáticas se convierten en un personaje importante de
este libro y es que encontraremos varias fórmulas y teoremas, como la identidad
de Euler,
llamada la fórmula más bonita del mundo.
Cuando menos me lo esperaba, el pasado del
profesor saldrá a la luz, algo que, estoy segura, sorprenderá a más de uno.
Con un final que emociona, esta lectura nos
dejará reflexionando, sobre esas personas que aparecen en nuestras vidas y
dejan una marca imborrable en nuestros corazones.
Recomiendo este libro a todos los que quieran
conocer un poco más de la literatura japonesa, a los amantes de las matemáticas
y quienes quieran disfrutar de una lectura dulce, emotiva, melancólica, que deja
una muy buena lección de vida.
Espero muchos se animen a disfrutar de esta
maravillosa lectura.
¡Un beso a todos!😘💙🌺📚
No conozco muy bien la literatura japonesa. Habrá que cambiarlo.
ResponderBorrar¡Hola! Si no la conoces, este libro es un buen ejemplo de la maravillosa literatura japonesa. Espero te animes a leerla. Gracias por comentar. ¡Besos!
BorrarHola, Marita. A mi me gusta muchísimo este tipo de literatura. Me relaja y como tu bien dices son una buena lección de vida. Gracias por tus impresiones.
ResponderBorrarBesos y felices lecturas.
¡Hola, Carmen! Esta lectura es linda, espero muchos se animen a disfrutarla. Gracias por comentar. ¡Besitos!
BorrarHola, Marita. A mi me encanta este tipo de literatura. Me relaja mucho y como bien dices es una lección de vida.
ResponderBorrarBesos y felices lecturas.
😀💙
Borrar¡Hola preciosa!
ResponderBorrarLo cierto es que se ve un libro bastante interesante pero no se si yo me animaría con él de momento no entra en mis planes lectores pero me alegro mucho de que lo hayas disfrutado.
Que tengas una bonita semana.
❀ Fantasy Violet ❀
Besotes! 💋💋
¡Hola, Violeta! La verdad que sí es un libro muy interesante, emotivo y original. Espero le des una oportunidad en algún momento. Gracias por comentar. ¡Un besote!
BorrarMe has convencido. Tenía apuntada (y olvidada) La policía de la memoria, pero ahora creo que me apetece más este. He dado clases de matemáticas y las novelas que tratan del tema me suelen gustar mucho.
ResponderBorrarUn beso.
¡Hola! Si te gustan las matemáticas, te encantará este libro. La policia de la memoria, me encantó y este libro,no se queda atrás. Ambos tienen ese toque melancólico, que emociona y las tramas, son tan originales, que sorprenden. Espero puedas leerlo y ya me cuentas qué te pareció. Gracias por visitarme y comentar. ¡Besos!
Borrar¿Cómo es posible que no la haya leído? no me lo puedo creer, soy una enamorada de la literatura, el arte, el cine y la cultura japonesa ¡Y encima la tengo en casa! Me pondré con ella en cuanto acabe las de la mesita, que las pobres esperan desde hace tiempo.
ResponderBorrarMuy buena reseña.
Besitos, cielo.
¡Holaaaa! Sé cuánto te gusta la literatura japonesa, así que no me queda más que recomendarte este libro, ya que es lindo y lleno de emociones. Lo bueno es que ya lo tienes contigo, así que, espero lo disfrutes mucho. Gracias por tu lindo comentario. ¡Besitos!
Borrarhola
ResponderBorrarno me van demasiado los autores asiáticos, pero este libro me ha llamado la atención... quizás le de una oportunidad, me lo llevo apuntado
Gracias por la reseña
Besotessssssssss
Muchas gracias por comentar, Serena...Si te animas a leer esta novela, no te arrepentirás. ¡Besitos!
Borrar¡Hola!
ResponderBorrarPues no recuerdo haber leído literatura japonesa y este libro tiene muy buena pinta. Tomo nota.
Besitos :)
¡Hola, Estefania! La historia es super bonita, espero te animes a leerla. Gracias por comentar. ¡Besitos!
Borrar¡Hola Marita!
ResponderBorrarAins, este es uno de esos libros que tengo pendientes desde hace muuucho tiempo y que lo he ido dejando, pero desde luego la autora promete, creo que me va a gustar mucho.
En fin, tiene pinta de ser muy bonito, esa amistad entre el profesor, una madre y su hijo... seguro que me va a dar mucha ternura ^^ Me llevo anotado también el de La policía de la memoria.
¡besotes!
¡Hola, Irene! La historia es bastante dulce, aunque triste por momentos. Espero te guste mucho y tambien te guste La policia de la memoria. Gracias por visitarme y comentar. ¡Besotes!
BorrarBom dia Marita. Eu não conhecia esse livro. Obrigado pela dica maravilhosa.
ResponderBorrarObrigada pela visita, Luiz!
Borrar¡Hola Marita!
ResponderBorraresta fue la primera novela que leí de la autora y como tú la disfruté. Me alegra que coincidamos. También me gustó mucho La policía de la memoria, aunque no tienen nada que ver en la trama
Besos
¡Hola, Marian! Te cuento que fue gracias a ti que descubrí a esta maravillosa escritora, ya que reseñaste La policia de la memoria y no tienes idea, cuánto he disfrutado de su pluma. Gracias otra vez, por tan buena recomendación y por pasarte por aquí. Que tengas un lindo fin de semana. ¡Besos!
BorrarMe gusta como reseñas prácticamente no es necesario para mí leer el libro
ResponderBorrarUn abrazo
¡Hola! Te aseguro que el pequeño resumen que presento en esta reseña es nada, en comparación a las hermosas páginas de este libro. Espero te animes a leer y disfrutar de esta bonita lectura. Gracias por comentar. ¡Besos!
Borrar¡Hola!
ResponderBorrarMi corazón se lo haga un buen maestro que tiene muchas cosas que enseñarnos sobre la vida. Qué hermoso todo lo que nos cuentas de la historia.
¡Nos seguimos leyendo!
¡Hola, Sofi! Qué lindo tu comentario, los maestros merecen todo nuestro respeto y en esta novela, no solo nos muestra el valor de los maestros, sino también, de la amistad. Espero te animes con esta lectura. Gracias por la visita. ¡Besitos!
BorrarA tenerlo en cuenta querida amiga!!!!
ResponderBorrarMuchas gracias por visitarme, Buhita linda. ¡Besitos!
BorrarHolaa, la verdad que suena fascinante la parte de que él no recuerda nada salvo los números, creo recordar que ciertas cosas se ¿almacenan? En diferentes partes del cerebro, me parece muy fascinante, y bueno, me intrigó el pasado del profesor jajaja.
ResponderBorrarBesos :3
¡Hola, Yomi! Sí, solo podía recordar fórmulas y operaciones matemáticas. La trama es bastante dulce y triste por momentos, pero te encantará si le das una oportunidad. Muchas gracias por visitarme. ¡Besotes!
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