EL CASCANUECES Y EL REY DE LOS RATONES de E.T.A. HOFFMANN

TÍTULO:  EL CASCANUECES Y EL REY DE LOS RATONES
AUTOR:   E.T.A. HOFFMANN
GÉNERO: CUENTO INFANTIL/JUVENIL

De todos los regalos que aparecen bajo el árbol de Navidad en Nochebuena, solo uno captura el corazón de Marie: un cascanueces. Es un hombrecito curioso con apariencia amigable. Toda una sorpresa para Marie cuando, a medida que se acerca la medianoche, cobra vida, revelando un mundo de cuento de hadas, magia y maravilla, princesas malvadas y feroces batallas…

Mi opinión

¡Hola, mis queridos amigos! Finalmente llegó la navidad y qué mejor que celebrarla disfrutando un clásico navideño. Es por eso que el día de hoy les traigo la reseña de EL CASCANUECES  y el Rey de los Ratones,  un cuento que hasta el dia de hoy, me emociona mucho. 

Empecemos:

Era el día 24 y los hijos del médico Stahlbaum, Fritz y Marie de siete años, se encontraban en un rincón de la habitación, sin poder entrar a la sala.

Fritz le comentó a su hermana, que había estado escuchando ruidos y pasos en las habitaciones y que pensaba que se trataba de el padrino Drosselmeier. Esto lleno de alegría a Marie, ya que siempre que el padrino venía a verlos, les traía algo especial.

El padrino Drosselmeier era un hombre artístico y podía crear con facilidad lindos y maravillosos juguetes, pero por ser tan preciados, no los dejaban jugar con ellos.

“Siempre que venía llevaba en el bolsillo algo bonito para los niños, unas veces un hombrecillo que giraba los ojos y se inclinaba para saludar, lo cual resultaba muy cómico, otras una caja de la que surgía un pajarillo, o cualquier otra cosa. Pero por Navidad siempre construía algo muy hermoso y artístico que le costaba mucho trabajo, por lo que, en cuanto recibían el regalo, los padres lo guardaban con cuidado”.

Fritz y Marie estaban seguros que sus padres tenían preparados lindos regalos para ellos, pero su hermana mayor, Luise, les recordaba que era el Niño Jesús era quien realmente enviaba esos maravillosos regalos a través de los padres.

Ya era de noche y estaban completamente a oscuras, pues no habían traído ninguna luz y esto les causaba un poco de miedo. De pronto, las puertas se abrieron de par en par, sus padres les tomaron de la mano para mostrarles los regalos que el Niño Jesús les había traído.

Los niños se encontraban muy felices con los regalos y el maravilloso árbol de navidad. Entre los regalos, Marie recibió un lindo vestido, también había un alazán y un escuadrón de húsares para Fritz y libros de estampas.

Llegó el momento de descubrir los regalos del Padrino Drosselmeier, quien los sorprendió con un espléndido castillo con torres doradas, el cual mostraba pequeños danzantes y a un señor con un manto color esmeralda, que saludaba por la ventana.

“Sobre un césped verde, adornado con flores de colores, se levantaba un espléndido castillo con profusión de ventanas-espejo y torres doradas. Se oyó un toque de campanas y entonces se abrieron puertas y ventanas, dejando ver varios caballeros y damas, muy pequeños pero muy graciosos, que paseaban por las salas con sombreros de plumas y largos trajes de cola”.

Al verlo, Fritz insistía en querer entrar dentro del castillo, aunque eso era imposible, ya que no era tan grande como para que Fritz entrara. El padrino le dijo que no se podía, por lo que Fritz le pidió que al menos el hombre que saludaba, salga del castillo y al escuchar al padrino decir que tampoco se podía, Fritz se dio media vuelta y decidió jugar con sus húsares.

Marie se dio cuenta que un pequeño hombrecillo se encontraba cerca al árbol, vestido con una chaqueta violeta de húsar y botas. Al preguntarle a su padre quien era, le dijo que él estaba encargado de abrir las nueces y es que él pertenecía a la familia de los Cascanueces.

“Y, diciendo esto, lo cogió con cuidado de la mesa y, al levantarle el abrigo de madera, el hombrecillo abrió una boca grandísima dejando ver dos filas de dientecillos muy blancos y puntiagudos. A una orden de su padre, Marie introdujo en ella una nuez, y —¡crac! — al momento el hombrecillo la había abierto; las cáscaras cayeron al suelo y el dulce fruto fue a parar a manos de Marie”.

Al ver lo bien que lo pasaba Marie con el cascanueces, Fritz decidió jugar con él, pero Fritz trataba de ponerle las nueces más grandes, dejándolo roto y malherido. Esto hizo llorar a Marie, por lo que ella trató de cuidarlo.

Los juguetes que los niños recibían, iban a parar a un gran armario de cristal, en el estante superior se encontraban los juguetes más valiosos, como las obras del Padrino Drosselmeier. En los estantes inferiores, los niños podían llenarlos, con muñecas, húsares o con lo que ellos quisieran.

Se acercaba la medianoche y ya era hora que los niños fueran a dormir, pero antes, Marie dedicó unas palabras al pequeño cascanueces de madera, asegurándole que ella lo cuidaría y sanaría.

De pronto, el reloj de pared empezó a sonar, dando paso a un espectáculo increíble y maravilloso, dejando a Marie con la boca abierta.

Ese fue el comienzo de una noche llena de magia, que los llevaría por lugares maravillosos, llenos de historias del Cascanueces, doña Ratonilda y el rey de los ratones, una navidad que los niños jamás olvidarían.

“Reloj, reloj, reloj, relojes, todos tenéis que ronronear con suavidad, con mucha suavidad. El rey de los ratones tiene un oído muy fino, purrpurr, pum pum, cantadle cancioncillas antiguas, purr purr, pum
pum, tocad, campanitas, tocad, ¡pronto estará perdido!
Y entonces, pum, pum, se oyó una voz ronca y sorda, doce veces”.    

El cuento consta de catorce capítulos, donde poco a poco, iremos conociendo a los personajes, en medio de batallas y bailes. No les negaré que desde el primer momento que empecé a leer este cuento, no pude dejar de escuchar en mi mente, la tan conocida melodía de Tchaikovsky, haciéndome parte de este maravilloso cuento, lleno de magia y fantasía.

Y es que El cascanueces siempre será un clásico de navidad, un cuento que no deja de emocionarme y que nos transportará a nuestras épocas de niñez, en las que la fantasía era parte de nuestras vidas.

No me queda más que recomendarles esta lectura, la cual ha tenido varias adaptaciones y estoy segura, disfrutarán de principio a fin.

¡Feliz Navidad, mis queridos amigos! 😘💙🎄🎅🎵🍷