LA CINTA ROJA de LUCY ADLINGTON

TÍTULO:     LA CINTA ROJA
AUTORA:   LUCY ADLINGTON
GÉNERO:   NOVELA HISTÓRICA
PÁGINAS:   320
EDITORIAL: PLANETA
 

SINOPSIS: 

Dentro de Auschwitz se encuentra un taller de costura como ningún otro. Una conmovedora historia de amistad y heroísmo, basada en hechos reales.

A sus catorce años y en su primer día de trabajo, Ella se adentra en un mundo de sedas, tijeras, alfileres y bordados. Pero ése no es un taller de costura normal. Ni las suyas son clientas corrientes. Ella ha conseguido un puesto de trabajo en el taller de costura de Birchwood. Prisionera en ese campo de concentración, cada vestido que diseña puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte. Los recuerdos del pasado, la pasión por su trabajo y el mundo de la moda y los tejidos serán el refugio para superar esa realidad terrible.

Mi Opinión

¡Hola, mis queridos amigos! 😃💙¿Cómo les va el día de hoy? Espero muy bien y con muchas ganas de empezar esta nueva semana. Finalmente llegó diciembre y para serles sincera, este año ha sido tan feíto, que solo quiero que acabe pronto y que el próximo año nos traiga muchas alegrías y sea mucho mejor.

Dicho esto, vamos a lo nuestro, la reseña.

Hoy les traigo la reseña del libro La cinta roja de la autora Lucy Adlington. Una lectura que nos muestra las vivencias de unas jóvenes valientes, que nunca dejaron de soñar, a pesar de estar viviendo una verdadera pesadilla dentro de un campo de concentración.

Un día, regresando del colegio, Ella era capturada y conducida a Birchwood. Ella vivía con sus abuelos y se sentía muy triste y angustiada, pues no tuvo oportunidad de despedirse de ellos.

Al poco tiempo de llegar a Birchwood, Ella y otra joven que estaba tan nerviosa como un conejo, fueron enviadas al taller de costura del campo.

Ella sabía que era un logro poder conseguir trabajar ahí y haría lo imposible por quedarse en ese lugar, por lo que no dudó en mentir y decir que tenía dieciséis años cuando le preguntaron su edad.

“Que tu nombre figurase en una Lista podía significar la vida o la muerte, dependiendo de cuál fuera esa Lista. Allí, en Birchwood, lo más importante era estar en una de trabajo. Si no trabajabas, no seguías viva. Así de simple”. 

Una joven de nariz afilada, las recibía mirándolas de pies a cabeza y con el ceño fruncido, se llamaba Mina y estaba a cargo del taller.

Algo que le llamó la atención era que todas vestían diferente, estaban limpias y se mantenían concentradas cosiendo como si de eso dependiera su vida.

Poco después, llegó otra chica más llamada Rose, ella tenía  hombros encorvados y mejillas redondeadas, parecía una ardilla y aunque Mina la trató con dureza por parecerle una ricachona que nunca había hecho nada en su vida, a ella parecía no afectarle. Y aun con los zapatos disparejos, se le veía elegante.

Pronto Mina las pondría a prueba, el recuerdo de su abuela, cosiendo y preparando los patrones, la ayudaron a cumplir con lo que se le había pedido. Y aunque no era el mejor escenario, el solo pensar que podría coser y aprender, la emocionaba, sin duda, este era el trabajo de sus sueños.

Mina era conocida como una “Prominente”, se les decía así a las personas que gozaban de ciertos privilegios y tenían poder sobre el resto, si hubiera sido un animal, hubiera sido un tiburón, que disfrutaba de mandar y comportarse como una matona.

 “Era un sonido familiar: el traqueteo de todas esas piezas de metal moviéndose a la vez. Una parte de mí se sintió trasladada al cuarto de costura que la abuela tenía en casa. Ojalá hubiera sido tan fácil volver allí. Mientras ella trabajaba, yo jugaba en el suelo, recogiendo alfileres y trocitos de hilo. La abuela llamaba Betty a su máquina de coser. Betty era vieja. Toda una obra de arte”.

La guerra la había llevado hacia ese lugar, un lugar en el cual no quería estar, pero haría lo que sea por sobrevivir, en este terrible lugar, llamado Birchwood, más conocido como Auschwitz- Birkenau.

El recuerdo del primer día que llegó a ese lugar aún estaba en su memoria, donde los hombres fueron separados de las mujeres, donde les quitaron toda la ropa y les cortaron el pelo. Humillados y temerosos, pues no sabían lo que pasaría con ellos y si sobrevivirían para contarlo.

La jefa de pabellón a quien llamaban Girder, tenía muy claro que la única manera de vencer a las personas que los habían llevado a ese infierno, era sobrevivir, seguir vivas.

Ella había aprendido a coser gracias a su abuela y siempre había soñado con asistir a una escuela, ahorrar y empezar desde abajo en una casa de costura, hasta el día en que ella tendría su propia tienda. Lamentablemente, esos sueños se veían tan lejanos ya, pero eso no quitaba que este trabajo en el taller de costura, le permitiera aprender más del oficio.

“Metí una tela bajo el pie de la aguja y dejé que empezara a dar puntadas, aunque sólo fuera para oír una vez más el sonido de mi infancia. Mientras la máquina zumbaba, yo volvía a estar en el cuarto de costura de la abuela, convertida otra vez en una niña que recogía los alfileres de la alfombra”.

Rose trataba a toda costa que olvidaran en el lugar donde se encontraban, por lo que no dudaba en contarles historias llenas de fantasías, que por momentos, las evadían del terrible mundo que las rodeaba.

Ella la fue conociendo mejor y supo que la madre de Rose era una escritora famosa, quien no tenía miedo de escribir la verdad, razón por la que la habían detenido.

A Rose le divertía esa habilidad de Ella para ponerles a todos apodos de animales y la amistad entre ellas, se hizo cada vez más fuerte.

Poco a poco, fue conociendo más de Francine, Brigid y Shona, quienes trabajaban en el taller con Ella y Rose. Cada una tenía una historia de vida diferente una de la otra, pero todas compartían la misma tristeza de tener que soportar ese infierno.

Y así transcurrían los días, haciendo vestidos para las guardianas.

“Día tras día cosiendo. Noche tras noche charlando; luego durmiendo y soñando”.

Una de las guardianas, llamada Carla y su perro Pippa, era más amable con ella, quizás el motivo era que apreciaba el buen trabajo que realizaba Ella.

Cada día, llegaba más y más gente, tanto así, que tenían que compartir las mantas y los colchones de paja.

Estar en este lugar, era como estar prácticamente muerta, pero Rose nunca dejaba de soñar y contar historias, quizás, era la única manera que tenía para evadirse de la terrible realidad.

“A mí se me empezaba a olvidar que hubiera existido otro mundo aparte de Birchwood. Un mundo donde la gente podía viajar en tren a un destino normal, a un lugar lleno de tiendas o un pueblo de la costa. Un mundo donde podías llevar ropas decentes y dormir en tu propia cama, y sentarte a cenar con tu familia. En fin, una vida real”.

 El sueño de Ella de algún día tener su tienda propia, la mantenía viva y con ganas de sobrevivir en medio de ese mundo hostil en el que le había tocado vivir.

Sobrevivir, esa era la consigna…

Un día, Rose sorprendería a Ella, con un regalo, una cinta roja que para ellas representaba la esperanza.

Sin saber que este pequeño regalo, cambiaría por completo la vida de Ella y Rose en Birchwood. 

“Desde que había llegado a Birchwood había decidido que solo iba a ver las cosas que yo quisiera. Cada segundo de mis primeras tres semanas había resultado horrible: mucho peor que las espinas de un arenque”.

Esta lectura nos transporta a la Segunda Guerra Mundial, una época terrible en la historia de la humanidad, en la que una joven judía no se rendirá y luchará por sobrevivir y cumplir sus sueños.  

El libro es narrado en primera persona y los capítulos tienen nombres de colores, como el color de las telas y los hilos, con las que Ella trabajaba y a lo largo de sus páginas, iremos conociendo más del drama que significaba vivir en uno de los más violentos campos de concentración.  

Con una prosa sencilla y fácil de leer, la autora nos regala una historia que nos emocionará y nos mantendrá atentos hasta llegar al esperado final.

Los personajes, fruto de la invención de la autora, están muy bien construidos y gracias a su pluma, conoceremos de primera mano, los temores, miedos, sueños y tristezas de estas valientes mujeres, quienes a pesar de la violencia y degradación que sufrieron, lucharon por sobrevivir. Mi personaje favorito es Rose, quien nunca dejó de soñar.

Con respecto al final…mejor no les cuento nada… ¡Lean el libro! Jejeje!😁

Recomiendo esta lectura a todos en general, ya que esta clase de libros, nos ayudan a recordar lo que pasó y ayudará a que los seres humanos no volvamos a cometer los mismos errores y atropellos.

Sin duda, una lectura imperdible para los amantes de la novela histórica, que espero muchos se animen a leer.

¡Un besito a todos!😘💙📘🎀