ESCUCHA LA CANCIÓN DEL VIENTO Y PINBALL 1973 de HARUKI MURAKAMI

TÍTULO: ESCUCHA LA CANCIÓN DEL VIENTO Y PINBALL 1973
AUTOR:  HARUKI MURAKAMI
GÉNERO: NOVELA LITERARIA
EDITORIAL: TUSQUETS EDITORES
PÁGINAS: 288

SINOPSIS:

Escucha la canción del viento (1979), la ópera prima de Murakami, sigue a un estudiante de veintiún años, sin nombre, de vacaciones en su ciudad natal, en agosto de 1970. El joven pasa el tiempo en compañía de su mejor amigo, apodado el «Rata», una chica con cuatro dedos en la mano izquierda y un barman. A estos personajes se suma la figura de un escritor (inventado): Derek Heartfield, con quien se abre y se cierra la obra. Pinball 1973 (1980) se desarrolla tres años después. Ese mismo joven vive ahora en Tokio, con dos gemelas idénticas, mientras el «Rata» sigue viendo pasar la vida en el Jay’s Bar. Una novela melancólica (con gatos, pozos y antiguas novias), en una atmósfera poética, que contiene las mejores escenas de pinball de la historia de la literatura.

Mi opinión

¡Hola, amigos! 😀💙📚🌞 ¿Cómo están? Espero muy bien y con buenos ánimos para comenzar esta nueva semana.

Hoy les traigo la reseña del libro Escucha la canción del viento y Pinball 1973 de Haruki Murakami.

No es sorpresa (para los que me siguen por aquí) que Haruki Murakami es uno de mis escritores favoritos, por lo que fue bastante interesante conocer las primeras obras del autor y ser testigo de su evolución.

Dicho esto, empecemos con la reseña.

«La escritura perfecta no existe. De la misma forma que tampoco existe la desesperación absoluta».

Con esta frase empieza esta historia de un joven escritor, quien toma como referencia a escritores celebres, hasta encontrar su propio estilo.

Escucha la canción del viento

La historia comienza un 8 de agosto de 1970 y termina el 26 de agosto del mismo año.

Sentados en la barra de un pequeño local llamado el Jay’s Bar, dos jóvenes conversaban mientras tomaban unas cervezas. Uno de ellos era un joven de veintiún años que se encontraba de vacaciones en su ciudad natal y de quien no sabremos el nombre y el otro llamado el Rata, quien lanzaba insultos y despotricaba de los ricos, mientras seguía tomando su cerveza.

Lo curioso era que el Rata, pertenecía a una familia adinerada, pero le molestaba que los ricos no pensaran algo que valga la pena, pues a su parecer, no tenían necesidad de pensar para seguir viviendo, eran como simples satélites artificiales que dan vueltas y más vueltas en el mismo sitio.

El joven había conocido al Rata el año que había entrado a la universidad, y desde entonces, las borracheras eran cosa de todos los días. Él era estudiante de Biología en la Universidad de Tokio, había tenido tres novias y una de ellas había muerto joven.

“Resulta terriblemente difícil hablar sobre alguien que ha muerto, pero es más difícil aún hablar sobre mujeres que murieron jóvenes. Porque al haber muerto jóvenes, ellas seguirán siendo jóvenes eternamente. En cambio, los que sobrevivimos vamos envejeciendo cada año, cada mes, cada día que pasa. A veces tengo la sensación de que envejezco por horas. Y lo horrible de esto es que es verdad.”

Algunas veces, el Rata y él se ponían a jugar en una maquina pinball que se encontraba en el fondo del bar.

El extraño encuentro del joven de quien no sabemos el nombre con una mujer en el bar de Jay, sería el comienzo de una amistad. La mujer solo tenía cuatro dedos en su mano izquierda y solían reunirse después de su trabajo. Ella no dudaría en compartir con él, sus temores y fracasos.

“La verdad es que hablar mal de la familia no es buena idea. Te voy a deprimir. —No te preocupes. Todos cargamos con algo. —¿Tú también? —Sí. Siempre me pongo a llorar aferrado al bote de espuma de afeitar. Ella rio, divertida. Era la risa de quien no se había reído en años.”

Un día, el joven se dio cuenta que algo raro le pasaba a su amigo el Rata. Se notaba que cada vez se iba deprimiendo más y hasta su conversación había cambiado, pues solo contestaba con monosílabos. Su única distracción era seguir bebiendo cerveza y jugar pinball.

“Y, un buen día, descubrí que me había convertido en una persona que sólo era capaz de contar la mitad de lo que estaba pensando. No sé qué relación tendrá esto con la frialdad. Pero si a un refrigerador viejo que necesita constantemente que lo descongelen se lo puede llamar frío, a mí también.”

El Rata había abandonado la universidad y no tenía la más mínima intención de regresar. Muy pronto le confiaría que le gustaría escribir un libro, por lo que cada vez que se ponía a escribir, recordaba una tarde de verano que pasó con una chica.

Así continuarían los días de el Rata, visitando al cantinero Jay y tomando cerveza.

Pinball 1973

En Pinball 1973, continuaremos la historia de el joven sin nombre y el Rata. También conoceremos más sobre Raymond Moloney, creador de la primera máquina de pinball en 1934.

Era la primavera de 1972 y el joven de quien no sabemos el nombre, junto a un amigo, abrieron una agencia de traducciones en Tokio, la cual poco a poco fue creciendo.

Sin darse cuenta, un par de gemelas empezaron vivir con él y para poder diferenciarlas, las llamaba por el número que cada una de sus sudaderas tenía en el pecho, así que fácilmente podía llamar a una 208 y a la otra 209.  

“¿Por qué os habéis instalado en mi casa? ¿Hasta cuándo tenéis intención de permanecer aquí? Y, ante todo, ¿quiénes sois?, ¿qué edad tenéis?, ¿dónde habéis nacido?… Jamás les pregunté nada de eso. Ellas tampoco me contaron nada”.

Fue en esta época que el joven se aficionó a las maquinas de pinball, especialmente la «Space Ship» de tres flippers. Fue tanta su obsesión con el juego, que apenas se aparecía en la universidad y se gastaba la mitad del dinero que ganaba jugando pinball.

Mientras tanto, muy lejos de ahí, el Rata se encontraba sumido en la soledad. Era como si su vida hubiera entrado en pausa. Era el otoño de 1973 y el Rata dedicaba parte de su tiempo a ir a beber al bar y pasar el tiempo conversando con Jay, pues pasado el verano, el lugar quedaba más solitario que de costumbre. 

¿Qué sorpresas le tendrá preparada la vida al Rata y al joven que no sabemos el nombre?

“Cuando la oscuridad se adueñaba del cielo, él regresaba a su propio mundo, desandando la misma senda. Y, a medio camino, una indefinible sensación de soledad inundaba siempre su corazón. Porque sentía que el mundo que le aguardaba era demasiado extenso, demasiado poderoso, y que no le dejaba espacio para refugiarse.”

Recuerdos de juventud…El Rata…Una máquina de pinball

Con un estilo único y particular, el autor nos lleva de la mano por recuerdos de veranos pasados, de compañeros que ya se han ido y de los que solo queda el recuerdo.  

En el prólogo, contado por el propio Murakami, conoceremos datos interesantes de la vida del escritor y contará como pasó de vivir una vida llena de trabajo, casado y con muchas deudas, a convertirse en escritor.

En “Escucha la canción del viento” el autor nos habla sobre la vida cotidiana, con personajes comunes y corrientes.

Por momentos, podríamos pensar que la historia no conduce a nada, pero es todo lo contrario. La historia nos transporta a nuestra juventud, donde muchas veces, cuestionamos todo lo que nos rodea y a medida que pasa el tiempo, vemos lo que la vida nos fue quitando. 

La historia avanza en medio de una atmosfera melancólica, que no deja de conmoverme. Quizás no recomendaría esta obra a alguien que quiera leer por primera vez a Murakami, pero eso sí, se la recomiendo a los admiradores del autor, ya que podrán conocer y disfrutar de sus primeras obras.

Una novela muy al estilo del autor, llena de melancolía, sentimental y algo extraña por momentos.

Espero muchos se animen a leer y disfrutar de esta buena lectura.

¡Un beso a todos!😘🌷