DE QUÉ HABLO CUANDO HABLO DE CORRER de HARUKI MURAKAMI

TÍTULO:  DE QUÉ HABLO CUANDO HABLO DE CORRER
AUTOR:   HARUKI MURAKAMI
EDITORIAL: TUSQUETS EDITORES
PÁGINAS: 232

SINOPSIS:

En 1982, tras dejar el local de jazz que regentaba y decidir que, en adelante, se dedicaría exclusivamente a escribir, Haruki Murakami comenzó también a correr. Al año siguiente correría en solitario el trayecto que separa Atenas de Maratón, su bautizo en esta carrera clásica. Ahora, ya con numerosos libros publicados con gran éxito en todo el mundo, y después de participar en muchas carreras de larga distancia en diferentes ciudades y parajes, Murakami reflexiona sobre la influencia que este deporte ha ejercido en su vida y en su obra. 

Mientras habla de sus duros entrenamientos diarios y su afán de superación, de su pasión por la música o de los lugares a los que viaja, va dibujándose la idea de que, para Murakami, escribir y correr se han convertido en una actitud vital. Reflexivo y divertido, filosófico y lleno de anécdotas, este volumen nos adentra plenamente en el universo de un autor que ha deslumbrado a la crítica más exigente y hechizado a miles de lectores.

Mi opinión

¡Hola, mis queridos amigos! 😀 ¿Cómo les va el día de hoy? Espero muy bien y con mucho ánimo para continuar la semana. 🌞🌷

Hace unos días terminé de leer el libro del que hablaremos hoy y no podía esperar para subir la reseña. Y es que, cada vez que leo algo de este autor, no me deja de sorprender la habilidad que tiene, para trasmitirnos lo que siente y hacernos sentir como si estuviéramos en una reunión de amigos y nos cuente parte de su vida.

Hoy hablaremos del libro: De qué hablo cuando hablo de correr de Haruki Murakami, para los que me conocen, de más está decirles, que es uno de mis escritores favoritos.

Dicho esto, comencemos. 😉

Era el verano del 2005 y el cielo de Hawái era hermoso, claro, perfecto para acomodarse en el escritorio y empezar a escribir.

Aunque hacía calor, solo bastaba con abrir las ventanas, para que los vientos alisios, entren a la habitación para refrescarse.

Es así que desde el año 2005, empezó a escribir sobre el hecho de correr y transmitir lo que siente mientras realiza esta actividad.

Al contar lo que piensa mientras corre, no puede evitar recordar sus inicios, cuando su esposa y él decidieron llevar una vida sencilla, sin presiones y dedicarse el cien por ciento a la escritura, aunque todos le decían que era una mala idea. Fue en esa misma época que empezó a engordar, debido a lo sedentario de su trabajo, por lo que empezó a correr. Se podría decir, que ambas cosas, vinieron prácticamente de la mano.

Sin duda, Hawái es el lugar perfecto para descansar, leer y escribir, por lo que desde su llegada empezó a correr a diario, siempre acompañado de un walkman, ya que la música es parte importante del recorrido, pues mientras escucha sus melodías favoritas, el tiempo pasa rápidamente.

Es aquí que el autor nos confía los pensamientos que cruzan por su mente, mientras corre largas distancias y disfruta de ese momento de soledad.

“Correr cada día completamente solo durante una hora o dos sin hablar con nadie, o pasar cuatro o cinco horas escribiendo a solas y en silencio frente a una mesa, no me resulta especialmente duro ni aburrido. Ha sido así, sin grandes cambios, desde que era joven.”

Al autor no le da miedo estar solo y disfruta de encontrarse a sí mismo mientras corre y escucha música.

Pero para sobrevivir en la vida, no se puede estar completamente solo, por lo que se las ingenió para relacionarse con las personas, aunque muy dentro suyo, prefería la soledad.

“En mi interior siempre ha anidado el deseo de permanecer completamente solo. Por eso, el simple hecho de correr una hora todos los días, asegurándome con ello un tiempo de silencio sólo para mí, se convirtió en un hábito decisivo para mi salud mental.”

Sin prisas, solo disfrutando la sensación de correr, mientras escucha las melodías de los Lovin’ Spoonful, es transportado al pasado, a la época de los sesenta y no puede evitar emocionarse por todos los recuerdos que pasan por su mente.

Pero como todo, hubo épocas en las que no tenía ganas de correr, y es que después de años de correr ininterrumpidamente, sentía que el cuerpo no era el mismo y correr ya no le parecía divertido. El autor llamó a ese sentimiento como la «tristeza del corredor».

“Yo, aquí y ahora. En la costa norte de Kauai. Cuando pienso en la vida, a veces tengo la impresión de que no soy más que un tronco a la deriva, arrastrado por las aguas hasta una playa. Los alisios que soplan desde el faro agitan las hojas de los eucaliptos sobre mi cabeza.”

Pero fue gracias a que se trasladó a Cambridge y admirar la maravillosa ribera del rio Charles, que poco a poco, le volvieron las ganas de correr.

Es aquí que empezó a correr distancias más largas, como el maratón, aunque eso implicaba más trabajo y esfuerzo, además de tener que lidiar con el clima, que no siempre era el mejor.

«No soy un humano. Soy una pura máquina. Y, como tal, no tengo que sentir nada. Simplemente, avanzo.»

Participar del maratón y del triatlón, le enseñó a afrontar los desafíos y no rendirse a pesar del dolor, del sufrimiento, del inclemente clima, de que el cuerpo pide parar a descansar, del hambre, de la sed, solo debía continuar y no rendirse.

“Correr era para mí, de entre las numerosas costumbres adquiridas a lo largo de mi vida, tal vez la más provechosa y la que más sentido tenía. Y creo que, gracias a haber corrido ininterrumpidamente durante veintitantos años, mi cuerpo y mi espíritu se fueron formando y fortaleciendo.”

Es así que le seguiremos el paso a un escritor, que disfruta de correr y que amablemente, nos llevará de la mano por sus pensamientos mientras corre.

¿En qué piensas mientras corres?

Escrito entre el verano de 2005 y el otoño de 2006, el libro nos regala un maravilloso recorrido por su vida, desde el momento en que decidió convertirse en escritor, hasta cuando empezó a correr a sus treinta tres años.

El libro consta de nueve capítulos y un epílogo, en donde encontraremos datos desconocidos sobre su vida, como cuando decidió dejar los negocios para poder escribir y cómo le cambió la vida, el hecho de que una de sus novelas (Tokio Blues) se vendiera más de lo esperado.

Algo que me gusta de las obras de Murakami, es que siempre incluye los títulos de las canciones que lo acompañan y lo primero que hago es buscarlas, y siento que, escuchándolas, estoy en sintonía con el autor.

Murakami nos confiesa, que el escribir una novela le toma mucho esfuerzo y fuerza de voluntad, al igual que correr, por lo que afirma que hay que estar bastante motivados para realizar ambas actividades.

“Los pensamientos que acuden a mi mente cuando corro se parecen a las nubes del cielo. Nubes de diversas formas y tamaños. Nubes que vienen y se van. Pero el cielo siempre es el cielo. Las nubes son sólo meras invitadas. Algo que pasa de largo y se dispersa. Y sólo queda el cielo. El cielo es algo que, al tiempo que existe, no existe. Algo material y, a la vez, inmaterial. Y a nosotros no nos queda sino aceptar la existencia de ese inmenso recipiente tal cual es e intentar ir asimilándola.”

Además, comparte los múltiples beneficios que le ha dado el ejercicio, no solo para lograr un equilibrio, sino también, fue descubriendo los métodos para escribir, mientras corría.  

Las páginas del libro están llenas de reflexiones del autor, sobre la vida, el futuro incierto y como vamos cambiando a medida que pasan los años, haciendo hincapié en que la concentración y la constancia, son importantes para lograr y alcanzar todos nuestros sueños.

Anécdotas, experiencias de su vida como corredor, esto es lo que encontrarán en esta lectura. Sin duda, un verdadero regalo para los admiradores del escritor.

Recomiendo este libro, a los que quieran conocer más de la vida de Haruki Murakami y descubrir como se convirtió en corredor-novelista.

Espero muchos se animen a disfrutar de esta buena lectura.

¡Un beso! 😘💙📚🌷